martes, 18 de mayo de 2010

Esperanza y dolor

Quiero empezar por el título y su por qué. Dolor, que llevo atado, desde siempre, desde que me sentaba, junto a mi papá, a escuchar los partidos del Lobo, frente a una spika. Siempre estábamos enjugando una lágrima. Y esa canción, que cantan los de enfrente, que nuestro padre se murió, sin verlo campeón, me pega donde más me duele. Aunque siempre, y desde siempre, ensayábamos el mismo ritual, la próxima vez, será!!! Y lo sigo practicando. Soy fuerte, y el amor, puede más. Digo, dolor y es en las tripas, que lo siento, porque? Me pregunto y he oído, por ahí, que Dios, no está con nosotros, sin desmerecer opinión alguna, creo que la culpa es de los hombres, que pensar en eso, es justificar, el mal accionar, del hombre.
Hinchada tenemos, la mejor, abnegada, fiel, equipos a lo largo de su historia, hemos sabido tener, que ha faltado? Dirigencias!!! a la altura de las circunstancias. Sin más.
Esperanzas, miles. Fui a todos los partidos del año, cuando perdimos con Rafaela le dije a mis hijos, a los que son del Lobo, yo acá no voy, sé que si nos vamos a la “B”, lo seguiré, como ya lo seguí, los años que estuvo allí, no me ha de modificar nada, pero ir al partido, no!!. Soy una militante del tablón, ignota, que deja en cada partido un poco el corazón, en suspenso. Y no me animé. Me fui a San Vicente, donde vive mi hija mayor, allí fuimos toda la familia, incluidos los hijos que son de los otros, innombrables. Mis hijas pusieron, el partido y yo me fui a caminar sola, he conjurado cada cosa, de risa, tiraba piedritas ,tres, con fuerza hacia delante, como si fueran los goles que tenía que hacer el querido Lobo, mirando el reloj, decidí volver, y casi llegando a la casa, me topé con mi hijo Alvaro, me dijo con voz entrecortada, quedate tranquila vieja, Gimnasia, gana dos a cero, no alcanza, faltan dos minutos, me dio un abrazo, y se fue caminando. Cuando escuchamos un grito de gol, no podía ser de otro que del Lobo, mis hijas abrazadas, yo entré y estallé en llanto, con tantos años acumulados, de reveces, pensé en el ‘62, los hermanos Bayo... la gloriosa delantera, nunca igualada, Onnis, Castiglia y Pignani de los ‘72, la bandera que hicimos con mi hija para el ‘95, y que juntando monedas, viajamos desde, San Clemente, porque ahí, vivíamos, para verlo campeón, que renovamos al año siguiente, 2005 llegó y no viaje, por cábala, misterios del destino, y de las malas administraciones. Lloré por todo y por más, por ver a mi querido club, soñado grande, por mi padre, en estas circunstancias. Mis nietos hicieron ronda, mirándome, Conrado, me dijo, no entiendo abuela, por qué lloras así, si ganó!!.
Y mi nieta mayor, María Pía, dijo casi emocionada, no ves pavote que llora de alegría.!!
Y así… somos, la 22, locura, con el corazón abierto, sangrante, pero de pie.
En ese instante, pensé, se dará vuelta la historia, compensará, nuestro acompañamiento, sin descanso??.
Y hoy veo que no, todo sigue igual, que seguimos, con la mejor hinchada, da y da, se merece algo más. Dolor por este momento, por el Club de mis amores, que lo siento abandonado, que lo quiero más que nunca. Esperanza por siempre, porque, si me cortan me salta sangre azul, porque ningún resultado lo va a cambiar.

María Marta Castelli. La Plata.-

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