martes, 25 de mayo de 2010

Los deseos de René

La mano venía complicada sabés… Después de lo del jueves allá en Rafaela, tres goles abajo. Nadie me saca de la cabeza que el “Barba” tenía algo que ver en eso, seguro nos puso a prueba. Porque fijate que el 9, que ni tenía pinta de jugador de fútbol hizo los tres goles, ¡tres pepas papá! No se puede creer, es medio raro. Son señales, a veces no las vemos, o mejor dicho, no las queremos ver. Charlando con él en alguna oportunidad, le conté de la esencia de la hinchada tripera, de nuestra incondicionalidad. Me dice el “Barba”: René, todos los hinchas de todos los clubes hablan lo mismo de sus hinchadas, ahora resulta que nadie putea, que son todos unos señoritos ingleses. Entonces nos llevó al límite, para ver como reaccionábamos.

Igual la bancamos, la gente se fue masticando bronca, pero apretamos los dientes y aguantamos. Al día siguiente, viernes, una multitud hizo la cola para llevarse las entradas para la revancha del domingo, con esperanzas renovadas. Ahí le dije al “Barba”: viste, mirá a los hinchas con toda la fe, y se quedó observando…

Llegó el domingo, y se llenó la cancha con toda la ilusión de dar vuelta el resultado y zafar. Ya estábamos un poco mejor, habíamos asimilado el golpe. Y los comentarios: hay que hacer un gol antes de los quince minutos, y ahí los comemos crudos… Claro, estamos tres goles arriba de Rafaela seguro… Con el correr de los minutos aparecieron las dudas, pasaba el tiempo y la pelota no entraba, y termina el primer tiempo cero a cero.

Comienza la última mitad y no te digo que no había murmullos, pero la gente había decidido enfrentar la adversidad con dignidad, como fue siempre. No hubo cánticos amenazantes ni puteadas generalizadas, en esos momentos aparece el “Barba” y me dice: tenés razón, me gusta esa entereza colectiva, y ahí aproveché para recordarle que hoy domingo 12 de julio es mi cumpleaños, y que tengo tres deseos para pedirle… No me digas nada René –interrumpe- querés tres goles.

Veintipico del segundo tiempo, casi treinta, mientras dialogábamos y ¡gol del Lobo! ¡El uruguayo Alonso querido! Renació la fe en nuestra parcialidad aunque quedaba poco tiempo. Minuto 40 y el árbitro lo echa al “Pampa” Sosa por un codazo… Era el golpe de gracia, con dos jugadores menos y llegaba el final, ya era imposible. Veíamos con resignación como se nos escapaba el partido. En eso veo que el “Barba” llama a un ángel, tripero era porque tenía una franja azul en medio de su atuendo blanco impecable, y lo manda a dar una mano al mismo campo de juego. Eligió entrar en el cuerpo de un jugador que había ingresado hacía unos minutos y que tenía el número 22 en la espalda, seguro lo prefirió por eso, era Franco Niell.

La cuestión es que en el minuto 44 comenzó el milagro, centro pasado y ¡gol de Niell de cabeza! ¡Segundo del Lobo! Ahora estábamos a un paso, el Estadio estaba en vilo… Niell volvió al centro del campo, se arrodilló y se encomendó a la Virgen, quedaba hacer otro gol en dos o tres minutos. Vuelve Gimnasia a la carga, otro centro pasado, y lo vi como en cámara lenta, el ángel dentro de Niell despliega sus alas diáfanas y vuela en forma de palomita para cabecear la pelota y cruzarla al segundo palo y ¡¡¡goooool de Gimnasiaaa!!! Desde acá arriba lo pudimos ver… Abajo no creo que hayan advertido al ser alado.

A partir de ese momento se desató una alegría generalizada que no es fácil describir pero fue apoteótico. Las lágrimas que ya empezaban a correr por las mejillas se transformaron en fiesta. La gente se emocionó por la hazaña del equipo, esa misma gente que había presenciado el partido con estoicismo, y con la dignidad de soportar el posible descenso a un paso del final. Y nuevamente las señales, en tiempo de descuento Gimnasia lo dio vuelta, con nueve hombres, dos goles en dos minutos, ambos de cabeza por el mismo jugador… ¡el más petiso de los veintidós jugadores! Más claro imposible, se notaba la mano de Dios. Te digo más, inexplicablemente el héroe de esa tarde, Franco Niell no siguió en el club para la siguiente temporada, se fue a jugar a Ecuador creo. ¿Fue para no tener que explicar lo de las alas, si es que alguien se dio cuenta?

Y te hago otra pregunta: ¿alguien no cree en los deseos de cumpleaños? Sigamos deseando Triperos, que vale la pena.

* René Favaloro (1923-2000), el 12 de julio de 2009 hubiera cumplido 86 años.


Diego Sambrana. La Plata.-

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