domingo, 4 de abril de 2010

El día que conocí la verdadera fe

Comenzaba un campeonato más y como todo campeonato siempre hay que mirar para abajo, para ver si nos descolgamos o seguimos ahí, todo transcurria subiendo y bajando escalones a veces nos quedabamos iguales; pero la gran, gran desesperación llego hacia al final, ahí en ese momento donde te dan una patada en el pecho y te das cuenta de la mismisima realidad, ya no hay especulaciones ni resultados probables estabamos jugando la maldita promoción.

Para hablar del resultado final me tengo que remontar al partido de ida ante Rafaela, ese dia lo escuche por radio primer gol, segundo, tercero……

Fui a trabajar bancandome gastadas y todo tipo de palabras desalentadoras, me sentía muy mal triste y si hay algo que no voy a hacer en este relato es mentir, repito me sentia muy triste no podía parar de pensar sentia angustia dolor, ese dolor que solo se siente desde el amor desde la pasión ese amor de ver lo que uno ama incondicionalmente en una situación complicada.

Se acercaba el día del partido de vuelta y cada vez más nervios más miedo mas dolor, hablé con mi novio Diego tripero hasta la coronilla y lejos de lo que esperaba me dijo: este partido lo ganamos no me queda duda quedate tranquila no estes mal además tecnicamente ellos se van a acalambrar van a sentir el peso de este partido ya vas a ver. Obviamente yo por dentro pensaba que era todo al revés y no por falta de fe a mi Lobo querido sino porque sentia que las circunstancias eran mas grandes que las posibilidades.

La noche del sábado pasé por ruta 36 y avenida 520 ahí en ese lugar hay un santuario de Gauchito Gil, el cual nunca había pisado no sabía nada de él pero veía que cada vez tenia más velas mas cosas y así fue que en medio de la noche fuimos me bajé del auto y pedí lo que sentia, que Gimnasia haga tres goles y me subí al auto, cuando le conte a diego me dijo tres? y si nos hacen uno? ……

llegó el domingo 12 de julio y allí partimos al templo de la pasión al lugar donde viví la tarde mas maravillosa de mi vida junto al Lobo.

Para que contar, la cancha explotaba la gente estaba ahí todos expectantes, ansiosos algunas optimistas y otros pesimistas pero estaban todos con sus miedos con sus ganas pero ahí en el Bosque, el tripero no abandona y esto no es una frase de moda es una realidad absoluta la cual me toco vivir en carne propia.

Fui a mi lugar a la posición más alta para poder ver en el córner alla al lado del alambrado en la tribuna del Bosque subí esos escalones con todas mis ganas y cuando llegue y me di vuelta vi toda la gente y ya no cabia un alma.

Mientras esperabamos el comienzo del partido una mujer prendió una piramide de incienso (creo) al lado del alambrado, y bueno… salieron los equipos a la cancha sentía que el corazón se me salía del pecho y empezó el partido primer tiempo cero a cero, otra vez Diego diciendome: “quedate tranquila en el segundo tiempo se acalambran vas a ver, yo pensando en gauchito gil y en lo que le habia pedido”.

Comienza el segundo tiempo seguimos igual sin goles y yo que pensaba en gauchito… miro mi reloj faltaban 20 minutos exactos para terminar el partido, mientras mensajes de texto cargadas de todo tipo e invitaciones a lo que iba a ser nuestro entierro….iba a ser

Bueno alli estaba mi costumbre de caminar de un lado para el otro sin parar no podía mirar el partido, fumaba, Diego estaba ahí mirando no sacaba los ojos de la cancha, repito que mire mi reloj cuando faltaban 20 minutos, de repente mientras caminaba se viene el primer gol y para que fue un descontrol una locura y la gente miraba el reloj…yo también

el tiempo seguia pasando rapido cuando uno esta en desventaja, yo seguía caminando y fumando de repente temblo el estadio Diego se colgo del alambrado y mire al campo de juego no podía creer lo que estaba pasando no podía entender no podía gritar, si, textualmente no podía gritar estaba en una emoción tan grande que no podía ni moverme, de repente abriendose paso entre la gente subiendo la tribuna un señor mayor muy mayor de pullover rayado, agarrandose el corazón, le pregunté como estaba y me dijo: esto me va a matar! volví a mirar el reloj me quede al lado de el y pensaba en gauchito gil cuan cerca estabamos de lo que le pedí y como pasaba la maldita hora o mejor dicho los minutos los segundos… tenía una mezcla enorme de felicidad y de angustia porque irnos al descenso con semejante partido era una verdadera picardia.

Seguía ahí al lado del hombre que se agarraba el corazón. Diego me abrazó y me dijo este partido lo ganamos tres a cero te lo dije.

Mire el reloj una vez más y el tiempo volaba, odie el reloj.

de repente y de manera mágica, trascendental, el estadio del Bosque la cuna de la pasión de la lucha, el aguante, el seguimiento incondicional, del amor sin barreras sin tiempos sin circustancias vibró de manera inexplicable cuando llegó el tercer y magnifico gol de Franco Niell.

En este mismo instante que estoy haciendo este relato no puedo evitar que los pelos se me erizen, no puedo evitar que se me llenen los ojos de lágrimas, revivir aquel momento es algo que enriquece mi alma y mi corazón, así que voy a tratar de detenerme en el tiempo y explicar lo que sentí y lo que vi a mi alrededor.

En ese momento por tercera vez no pude gritar las lágrimas ahogaron mi voz, Diego me abrazo y se colgo del almbrado, el Señor que se agarraba el corazón lloraba (como podíamos lo cuidabamos), la gente estaba inmersa en un grito contenido de todo un campeonato y aún no terminaba el partido, los últimos minutos al contrario de todo el partido no transcurrian más, ya a esta altura no me mandaban mas mensajes de texto con gastadas.

Así fue que el árbitro dio por terminado el partido y el estadio volvio a vibrar era tanta pero tanta la emoción que si fuese tangible se hubiese visto desde la luna. Algo difícil de transmitir en palabras, solo un tripero puede entender lo que digo.

Los jugadores se abrazaban en un abrazo infinito, ellos sentían lo mismo que nosotros y tenian el doble de presión.

Llore hasta que me quede sin lágrimas y me ahogaba no podía hablar no podía creer lo que estaba pasando todo era canto y alegría, desahogo de tanta presión contenida.

Fuimos a 7 y 50, a festejar algo único, inedito.

Si, festejamos quedarnos en primera, así somos los triperos amor a los colores sin condiciones era todo una fiesta ahí recorde mientra festejaba con mis amigos Iñaki y Leandro tres grandes cosas.

Primero: hacia unas semanas que había soñado que en el tiempo adicional hacia un gol Gimnasia y era un gol de vital importancia un gol que hizo emocionarme mucho, desde que se lo conte a Diego me decia: y? lo que soñaste se da hoy? así partido tras partido y fue en el último en el más importante, esto que cuento es pura verdad.

Segundo: Diego siempre tuvo fe y fue el quién me dijo que lo ganabamos si o si el jamás dudo de lo que iba a pasar, gracias Diego por tu fuerza y por transmitirme tanto amor a estos colores.

Tercero: el 12 de julio de 2009 conoci la fe, la verdadera gracias gauchito gil por cumplir el unico deseo que fui a pedirte, sin haber ido jamás hasta ese día, creer o reventar la fe mueve montañas y no me cabe duda que mueve pasiones.

Lucrecia Heit ( Lucitripa). Lisandro Olmos.-

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