domingo, 4 de abril de 2010

Un Día Perfecto

12 de Julio 2009; el reloj me jugaba una mala pasada… sus agujas no avanzaban! Parecían estáticas, no se movían, no querían. La espera era eterna, el insomnio me dominaba; sentada frente al monitor buscaba algo que me desorbitara los pensamientos, algo que me sacara lo que ocurriría en las próximas horas. Camine en dirección a la cama, me acosté, me tapé, gire, me acomode, volví a girar; no había caso no podía dormir. Me volví a levantar, camine a la cocina. Me preparé el café, volví a la PC. Miles de amigos estaban como yo; sin poder pegar un ojo. Una espera eterna, el reloj seguía igual, inmóvil; mi piel reflejaba el miedo, mis ojos el terror. Una sensación de frio corría por mi espalda, mis sentidos no respondían; lloraba, mis lágrimas reflejaban la frustración…
Temblaba, mis ojos se cerraban lentamente, cuando escucho Gimnasia es de primera, abro mis ojos rápidamente; no veo nada, oscuridad, silencio, ruidos de la noche, mis ojos se cierran, despacio muy despacio; viajo lejos demasiado lejos…
8 A.M escucho la puerta, mi vieja; vas a ir a la iglesia… es Domingo.
No no voy, suena el teléfono… me levanto me ducho. Mamá espérame voy a la iglesia con vos; y ahí estaba en plena reunión, escuchando. Mis primos al igual que yo, se notaba en sus caras. La misma mala noche, esa misma por la que había pasado yo.
Si alguien salva al Lobo sos vos Dios, allá arriba. Se viene mi cumpleaños, dame ese regalo. No pido nada más, que el Lobo se quede en primera. Me levantaba, con los ojos llenos de lágrimas, con el corazón esperanzado.
Todos se preparaban para ir a la cancha; la “yeta” se quedaba en casa, sí lo sé, no podía quedarme en casa, pero era así; Las promesas son promesas viejo; y la gorda se quedaba en casa.
Volvía en el auto; mamá preocupada con que íbamos a almorzar; yo a un par de horas de morir de angustia.
Mi cuerpo no sentía hambre, mi estomago tenía un nudo imposible de desatar.
La gente llegaba a casa, el reloj no se movía; los vecinos sin sangre colgaban sus banderas; esas que se compraron cuando se hicieron de estudiantes en 2006.
La nena no quería hablar con nadie, en ese momento todo molestaba; parientes de esos que no entienden nada tratando de derrumbar esperanzas; mi viejo que me tenía podrida diciéndome que Gimnasia no se iba. El teléfono en silencio, la casa en murmullos.
Collado pita, el partido arranca junto con los latidos descontrolados de mi corazón. La respiración se entrecortaba; el té de tilo no hacia efecto. El reloj corria velozmente; era imposible. 45 minutos y todo seguía igual, los nervios me carcomían por dentro. El pecho demasiado oprimido, la camiseta me asfixiaba.
Veía nublado, la piernas me flaqueaban, el nudo de mi estómago se autoajustaba a la situación. El reloj se burlaba, ese entretiempo eterno…
Gimnasia salía a la cancha, la camiseta seguía asfixiándome; el cuerpo temblaba… el sistema nervioso no se controlaba. No escuchaba el llanto de mi primita, ni los gritos de los otros. No escuchaba nada, escuchaba a la gloriosa 22; la gente lloraba, las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos.
Madelon mete cambios, entra mi amor, el Enano. El corazón me latía a mil por hora, no respondia las preguntas de mi viejo, no escuchaba lo que me decía mi vieja; con los ojos en la pantalla puedo ver como la pelota entra; Gool, fue un grito de 5 segundos, de desahogo; después me dijeron que la voz no salió de mi boca, fue un grito mudo.
Los segundos seguían pasando, y así igual los minutos; las lágrimas seguían brotando. Todos los tiros al arco pasaban muy cerca, deliraba.
Despacito fui cantando; dale dale dale dale dale dale Loboooo, dale dale dale dale dale dale looooo; dale dale dale dale dale dale Loboooo, dale dale dale dale dale dale looooo…..
Cuando veo un salto, un cabezazo y escucho un grito soñado: GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL; grito desaforadamente; corro afuera miro el cielo vuelvo a entrar, abrazo la TV y grito entre mi llanto qe lo amo!
Recuperando la voz, hablando casi al hilo del grito repetía; vamos Gimnasia que se puede; podemos Gimnasia podemos. Los nervios me carcomían la sangre; no podíamos perder la categoría por un gol. Como enviado del cielo mi sobrino dice ahora Franco hace otro gol… sus palabras llamaron al milagro; la palomita de Niell, el tercer grito, llorando tirada en el cuelo, dándole gracias a Dios por habérmelo dejado en primera;
Abrazándome con mi primo, mis viejos llorando, el resto contentos, yo tirada en el suelo con la remera en la cara, sacando fuerza de donde ya no las había. Levantándome de golpe; corriendo hacia la calle; los sin sangre guardando banderas, yo saltando en medio de la calle, agradeciendo a la vida por haber nacido tripera.
12 de Julio; 17:20 7 y 50 de Fiesta! Llanto, abrazos, alegría; pero sobre Todo Gimnasia.

Candela Uribe. La Plata.-

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