domingo, 4 de abril de 2010

Las puertas abiertas

Miércoles 8, 6:00 AM. Berisso, provincia de Buenos Aires. Hermosa mañana plena de sol, termo y bizcochitos, tanque lleno. El hombre es despedido por su mujer con un beso, cargado de esperanza y con un brillo en los ojos especial, parte en su auto rumbo a Rafaela para seguir a su LOBO como lo hace desde que tiene uso de razón. No es un día más en su vida, en su cerebro se mueve el bichito que le hace recordar que esta película ya la vio, y lo peor de todo, sabe que no es una comedia, sino una tragedia, y que al final de la misma el feo no se queda con la princesa, todo lo contrario, el príncipe aparece para arrebatarla de sus manos, cuando pensó que todo estaba cocinado. Igual todo eso le importa muy poco, es de Gimnasia, suficiente.

Su hijo, el tercero de la zaga, después de dos mujeres, ya salió con la Agrupación con el mismo destino, al gordo solo le queda pasar a buscar a sus dos hijas y dos amigas de estas, y agarrar el camino hacia Santa Fe con otros ¿4500? Triperos tratando de cambiar de una vez y para siempre ese siniestro final más visto que Rocky I.

Qué locura, 638 Km. de ida y otros tantos de vuelta acompañado por cuatro mujeres, un martirio pobre tipo, pero el Lobo, como Dios, todo lo puede, todo lo perdona.

06:07 PM. Rafaela, provincia de Santa Fe, estación de Servicio YPF, el gordo lo quiere matar al playero que le está llenando el tanque para la vuelta, pensando que lo está cargando cuando le preguntó el resultado del partido, pobre pibe, cordobés, de San Francisco, ni idea tenía. La bestia lo largó cuando escuchó la voz del chico que con un tono esperanzador le decía: “Pero estos son muy malos, en La Plata seguro dan vuelta la historia”.

Los diarios del jueves comentarían: El 3 a 0 final pareció sepultar las ilusiones de Gimnasia de mantener la categoría, ya que debe ganar por tres goles en La Plata, e hizo que el sueño de Rafaela de retornar a Primera, después de cinco años, comience a tomar forma.

“El corazón tiene razones que la propia razón nunca entiende”, había leído esa frase en un trapo del Lobo que alguien colgó en cancha de Argentinos Juniors en una de las tantas veces que fue a La Paternal. Eso lo llevó a meditar profundamente que iba a hacer el día de la revancha. Todo basura, ser de Gimnasia es una mezcla religiosa y fundamentalista, es Fe pura, que no resiste análisis alguno. A que Tripero de ley se le hubiese pasado por la cabeza estar ausente ante semejante desafío, obviamente sólo estaban perdonados aquellos que por distancia, edad, estado de salud y/o cábala no asistirían, no lo mirarían por TV y ni en pedo lo escucharían. Durante dos días trató en vano de definirle a los que no entendían, cómo, a pesar de lo ocurrido, aún tenía esperanza, y que, fracasados son los que abandonan. Como explicarlo, si GIMNASIA es puro corazón, sinrazón, puro sueño, enajenación y descontrol, sentimiento irracional e indisciplinado. Cómo exponer a los incrédulos herejes, aquello que Favaloro le enseñó un día volviendo de la cancha de River -el día que Carrasco hizo el gol bajándola con la mano- que en el Tripero, la sangre, fluye azul y blanca. ¿Qué es SER de GIMNASIA?, precisamente eso, SER.

No había una pisca de duda, el domingo a morir al Bosque, a alentar y bancarse lo que venga, incluso la posibilidad del milagro, palabra cuyo significado él no lo incluía en el vocabulario para el Lobo porque eso jamás había ocurrido.

Sábado 11, 5:00 AM. Seba, su hijo, bastante copeteado, lloraba en el auto, rezándole al abuelo, que desde la segunda bandeja del Bosque lo escuchaba, para que intercediera ante quien fuera para que el domingo pudiera llorar, pero de alegría, esa alegría que él le había contagiado llevándolo al Bosque cuando solo tenía 3 años.

Domingo 12, 8:30 AM. Luego de laburar toda la noche, volvió a su casa dispuesto a cumplir con el rito del mate al desayuno y ojear el diario, pero no era un día más, sabía que aquello que amaba profundamente en la vida, a la tarde se debatiría entre renacer o desaparecer como institución, la cosa iba más allá del descenso tan temido. Leyó de punta a punta todo el diario, no dejó pasar ni los edictos, se tomó la pava completa de mate, con una aspirina adentro. No se olvidó de todas las pastillas recomendadas por “el turco”, su médico de cabecera, tripero como él, que le recomendaba que ante situaciones como estas, duplicara la dosis para que la presión sanguínea no se fuera por las nubes. ¿Dormir?, imposible. Se tiró un rato sobre la cama, la bruja que lo conocía como si lo hubiera parido, sabía que no tenía que esbozar palabra alguna, tenía en claro que su amado esposo ya por esas horas estaba en estado catatónico.

11:00 AM. Se metió bajo la ducha para sacarse la modorra y aprestarse para salir hacia La Plata. Qué pilcha ponerse. Nada rojo, eso estaba claro, pero de qué cábala le iban a hablar si las había probado todas y nunca le habían dado resultado. Decidió ponerse todo en tono azul y blanco. Medias, calzón, remera, pantalón y campera.

11:45 AM. Llegó la hora de encontrarse con sus hijas y con los integrantes de aquella familia oriunda de Lanús, a quienes conoció en Mar del Tuyu, allá por el verano de 1992, cuando un pibito alto y rubio, encaraba con su pequeña bicicleta para la playa, enfundado con la gloriosa azul y blanca.

- Vamos Lobo!!! le grito al pibe, y al mocoso casi le explota el corazón de alegría.

- ­ ¿Usted también es del Lobo señor?” – inquirió –

- Por supuesto” - respondió –

- ­ ¿Usted es de La Plata?

- De Berisso, y ­ ¿vos?

La respuesta del pibe lo descolocó, ¿de Lanús?, pero seguro que el viejo era de La Plata, no, de Avellaneda.

- ¿Y por qué del Lobo?

- Porque es un sentimiento – le confesó Fernando – nombre de aquel chiquilín, que corrió a contarle a su papi que había encontrado a otros con la misma enfermedad incurable que ellos.

12:15 PM. Con Vicky, Lu, Miguel, Fer, y Belén, caminaron por el Bosque, hacia el Templo Sagrado de 60 y 118, elucubrando todas las teorías posibles, y las pocas posibilidades de supervivencias de este Lobo malherido. Iban temprano para ubicarse en el lugar que los acogió todo el campeonato, al lado de la ochava de los pibes, arriba de las canchas de tenis. Seguramente allí, se encontrarían con todos los amigos del tablón ganados en esta campaña. Vicky se iría a la ochava opuesta con sus amigas, repitiendo lo hecho en partidos anteriores.

14:32 PM. Estalló el Templo, el Lobo pisó el verde y todos miraban hacia el cielo, ya implorando, que esa tarde se logre lo que todos, esperanzados esperaban.

14:35 PM. Arrancó el partido.

15:24 PM. Final del primer tiempo. GELP 0 – Atlético de Rafaela 0.

Para el lado que mirara, las caras que fue encontrando le decían todo. Los cálculos de 1 gol cada 30 minutos aproximadamente se fueron al carajo, pasaron a ser cada 15 minutos. Empezó a escuchar los comentarios, y se prendió en la conversa.

- Estamos en el horno. - el flaco Raúl esbozó su pensamiento en voz alta.

- No me digas - le endilgó el gordo socarronamente.

- ¿Te imaginas lo que estará pasando en este momento en el vestuario? –planteó Gustavo.

- Imagínate al “Gato” Sessa – continuó – el tipo estaba re piola en Ecuador, y larga todo para venir a jugar al equipo del cual es hincha fanático, el loco se debe querer matar, se va al descenso con lo que más ama en la vida.

- ¿y Chirola? – acotó Carlos – dejar esas playas de arena blanca de Grecia, veleros, islas paradisiacas, para venir a sacar al Lobo del fondo del mar, y quedarte en el camino.

- ¿Y quién carajo se va a quedar a jugar en el Nacional “B”? – encuestó Rubén.

- Agüero, Tete, Messera, los pibes, Cuevas, Aued, Rinaudo, Castro, Cardozo – todos tiraron nombres.

- A Cuevas y Rinaudo no los van a poder retener – señaló Fernando.

-Bueno muchachos, piensen en positivo, el próximo torneo nos vamos a ahorrar unos cuantos mangos, de visitante no vamos a poder ir – tiró el gordo tratando de poner un poco de humor.

15:43 PM. Comenzó el segundo Tiempo

16:10 PM. Gol de Alonso. 27 minutos transcurridos. En los cálculos, quedaba un gol cada 5 minutos -pensó- Y el Barba es de la contra.

16:23 PM. Se quedó sin aire por putear al “Pampa”, que con un codazo infantil, se hizo expulsar, dejando a un defensor de Rafaela en el piso haciendo tiempo hasta que termine y a su equipo con nueve jugadores para intentar la hazaña a 5 minutos del final.

16:27 PM. Gol de Niell. La presión creyó tenerla en 22/17, y eso que por recomendación de la “jabru” se tomó medio rivotril antes de salir. Miró al cielo y le imploró a la “Gallega” –la madre- y al “Negro” – el padre-, un esfuercito más.

Gritó como desaforado tratando de que el turro de Collado lo escuche y descuente por lo menos 10 minutos. Si esos “chacareros” de la crema se la pasaron todo el partido haciendo tiempo.

Las pulsaciones del corazón le parecían el parche de un bombo tocado por Oscar Tabia. Se aferró al rosario que le regaló el suegro, ¿hay alguien más católico que el Cholo en este mundo, como para que Dios deje de escucharlo?. Pensó en el partido con Olimpia de Paraguay, ¿otra vez afuera por un gol? Se quería morir.

- Seis, Seis, Seis minutos más adicionó.

- Cuevas!!! dejá de enganchar para adentro –gritó, mientras tiraba una puteada-

16:31 PM. Como empujado por vaya a saber quien, tras un centro de Cuevas, luego de un enganche hacia adentro, Niell clavó el tercero de cabeza.

- Gooooooooooooooooooooool, Goooooooooooooooooooooool, los ojos se le llenaron de lagrimas, levantó los brazos al cielo, buscó en el azul firmamento a la “Gallega” y al “Negro” para abrazarse en un abrazo infinito, se dio vuelta, y frente a él, su hija, su Lobita primogénita, con su carita llena de lagrimas, pero con una sonrisa enorme, lo abrazó, como agradeciéndole el SER hincha del Lobo, ¡Papá el Lobo es de primera!, ¡Nos quedamos en primera!, le resonó en el oído entre el griterío de la gente. Cinco escalones para abajo, cinco para arriba, tres metros para un lado y otros tantos para el otro, se abrazó y besó con todos, y con cada uno, con amigos, conocidos, hombres, mujeres, jóvenes, viejos, chicos.

Le gritó de todo a Collado, lo recontra puteó, terminaloooooooooooooooooooooooo, - ¿Cuánto más vas a adicionar?

- Finaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal. Pasaron por su mente, en segundos, en décimas, los 40 años desde que su padre lo llevó por primera vez a ver al Lobo. La vuelta de la cancha y encontrarse con su abuelo Juan aferrado a la “Ranser” escuchando el comentario del “spiker”. El tío Ricardo que ya pasó los setenta, ¿le habrá explotado el cuore?, las veces que lo llevó en tren a Avellaneda, con Vicente y el Ruso. Toda la campaña del descenso, hasta la avalancha en cancha de Racing con el gol de Flores. El nacimiento de su hijo varón y rajar del hospital a la cancha para ver a su Lobo contra Mandiyú e informarle al abuelo Carlos que tenía un nuevo nieto. La marcha del silencio, riéndose de los primos. La vuelta de la cancha de Ferro después del gol de Lagorio, el 6-0 en la Bombonera al equipo del Narigón, el abandono de los amargos, todo lo vivido con su Gimnasia y esa vivencia transmitida, a través de la sangre, a sus hijos.

Nunca, pero nunca, había sentido tanta alegría por su Lobo. Jamás en su vida había llorado tanto. Y se fue a festejar a 7 y 50, a encontrarse con Seba y Vicky, sus otros hijos, para fundirse en un abrazo interminable.

No festejaba que se habían salvado del descenso, festejaba que a Gimnasia y Esgrima la Plata, Institución, se le abrían las puertas de algo nuevo, tal vez ese 12 de julio la HISTORIA EMPEZABA A CAMBIAR…

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