lunes, 15 de febrero de 2010

El Tipo

- Ustedes van a terminar jugando con Aldosivi acá! ¿qué problema te hacés? Por lo menos lo vas a poder llevar a tu hijo a la chancha. ¿De qué te quejas? - el Turco despachaba toda su ironía. En la barra más de uno lo disfrutaba.
El tipo sonreía, acusaba el golpe, se sacudía, sacaba pecho y ahí nomás retrucaba:
- De ninguna manera. Somos muy grandes nosotros!¡demasiado grandes!-se metía las manos en los bolsillos para disimular su fastidio, sabiendo que lo que le decían era bastante probable.
- Je! Seguro que son grandes, tienen una cancha enorme: nunca pudieron dar la vuelta!- el pelado pegaba siempre segundo. En todas las discusiones se metía, sean de fútbol, política, religión o lo que sea, le encantaba engancharse una vez que el debate estaba instalado. Lo disfrutaba y se le notaba, ya que se reía antes durante y después de hablar, festejándose siempre sus reiterados chistes como si los contase por primera vez, aunque todos los sabíamos de memoria.
- Pero por favor querido!!! Esto es inadmisible e inaudito!!!- el tipo entraba en el juego de la gastada y sabiéndose en total minoría adoptaba un lenguaje antiguo y formal, a veces hasta utilizando mal las palabras o frases, recurriendo a su gracia para descomprimir la situación y esconder su calentura -A nosotros no nos hace falta se campeones!muy grandes! ¡¡¡terriblemente grandes somos!!!

La charla-debate-discusión-gastada se repetía cada vez mas seguido. Una vez por semana a principios de año, casi diariamente en los últimos 2 meses.
Cuando hace unos seis años el tipo se presentó en la hora del mate en su primer día de laburo y contó que era hincha de gimnasia los demás se miraron. Y hasta alguno pensó que se trataba de un chiste. Claro, en Mar del Plata no es fácil encontrar un hincha del Lobo, y encima no es una ciudad donde se respire fútbol como Rosario o Córdoba. Mas bien el básquet despierta más fanatismos. Pero el tipo instaló la charla futbolera en el mate como una cosa diaria, como un momento de joda, de distensión, aun sabiendo que estaba solito y sólo con su equipo. Estaba acostumbrado. Vivió en La Plata solo 3 años, de ahí al sur hasta los 19 y desde entonces en Mar del Plata.
-No es que sea Hincha de Gimnasia. Soy enfermo. Cada vez más-y le daba un cosquilleo en el estómago como si lo que contaba tendría algún merito de algo.
Siempre la llevo bien. Conciente que ser tripero no se puede explicar con palabras, y que si se pudiera jamás un hincha de River o Boca podrían entenderlo. Pero el tipo era feliz así. Con sus sufrimientos. En el 95 e le hizo un agujero en pecho en el partido contra independiente. En el 2005 se amargó a más no poder y le duro meses. Siempre argumentó que le falto liga. Suerte. Culo de campeón. Que hay partidos que los jugar 200 veces y los perdés una. Y eso pasó en el 95. Y que hay arqueros que un día atajan todo lo que le tiran y un poquito más también. Y eso pasó contra Newell´s en el 2005.

Pero este año era otra cosa. El descenso es otra cosa. Lo que lo tenía realmente mal era el pibe. Su hijo. El Toto. ¿Cómo le explicaba a los 6 años que es el descenso? Ya lo empezaban a cargar en la escuela a esa edad. Encima el Totito recién ahora estaba empezando a darle un poco de bola al fútbol. Porque hasta ahora ni cinco. Pero el tipo machacó y machacó. Y estaba empezando a ganarle la pulseada.
- Papi es verdad que nos vamos a la B? Me dijo Manuel que somos un equipo de segunda - la pregunta inocente, la carita sonriente dejando libre la ventanita que se formaba en la boca ante la ausencia de un diente frontal.
- No Toto. Estamos jodidos -se sinceraba el tipo- Pero vamos a zafar. Te lo prometo- y puteaba para sus adentros.

“Este campeonato lo jugamos todos, sufrilo”, decía la campaña de Gimnasia en su pagina. Y la puta si lo sufrió. Se encontró un bar. En el centro, lejos de donde vivía donde eran de gimnasia y armaba hinchada y todo, y no se perdió un solo partido. Y empezaron las cabalas. Que un cortado en cada tiempo. Que dónde deja el auto. Que salir a caminar por Rivadavia en el entretiempo. Que siempre la misma mesa.
Y no aguantó más. Faltaban dos partidos y la meta era llegar a la promoción. No importaba cómo. No importaba con quién. Pero había que ir a ganar a la Boca. Justo con estos!. No andaban bien, pero viste como son…..bosteros. Habían perdido contra todos los que peleaban con nosotros…
Y como no aguantó más se hizo llamar a la casa por un amigo y se inventó un laburo el fin de semana en Bs. As. Y a pesar de los reproches de su mujer se fue. Sin entrada, desde mardel a ver si entraba.
-Mirá, la verdad no hay un carajo. Dicen acá que la 22 va sin entradas y que de alguna manera entran. O fijate alguna reventa…..- la voz del Pitu, un amigo que vivía en La Plata no alentaba mucho.
Y resulta que el tipo entró. No importa cómo, entró. Y gritó como loco hasta la afonía. Y casi se quiebra en plena tribuna. Casi llora, pero lo contuvo la vergüenza y es saber que todavía no estábamos en la promo.

El lunes en el laburo desplegó todo a la hora del mate:
-Che esta mesa esta sucia. Traje un mantel.- y de la mochila sacó la bandera- apoya acá Turco, a ver si te manchás. ¿Quién dijo que hace frío? Yo tengo un lorca bárbaro –se sacó campera y buzo y se quedó con la camiseta, a pesar de los 2 grados- Puta madre! Me olvidé de sacármela de ayer. Qué baile se comieron!!! Somos muy grandes, terriblemente grandes, yo les dije!
-Si fuimos para atrás! En el segundo tiempo no pateamos al arco- el turco intentaba reírse pero no le salía. Sabía que era inevitable, que ésta vez la gastada se la comía toda él.

La cuestión es que al tipo no se sabe bien si gracias al maratón del viaje y el frío que chupo, o si la epidemia que había, o tal vez las dos cosas que lo tumbó la gripe A. Quedó para atrás. Durmió tres días seguidos. No podía creerlo. A un partido de llegar a la promoción, aislado 7 días. Chau bar, chau cabalas. No sabía si le dolía más la cabeza, los huesos o el alma. ¿Dónde ver el partido? Cable no tenía, y vivía en una zona donde no llegaba. Imposible no verlo, así que se llevó la computadora a la pieza y se consiguió una de esas conexiones móviles de Internet (esas que valen fortuna y se cortan cada 10 minutos), y se lo miro por esas páginas españolas que abrían una ventanita minúscula.

Llego la promoción. Misión cumplida.
-Atlético Rafaela. Entraron de pedo. No tienen un sorete, imposible perderlo -el Yiyo era especialista en pronósticos errados.
- Si si. A nosotros nos cagan siempre. Un año nos cago Tiro Federal, cuando peleábamos con Boca. Hasta Basile hacía bien los cambios cuando peleó con nosotros, si se comentó que en esa época dejó el whisky….- el tipo siempre largaba un chiste.
El primer partido le pidió a su mujer que se lleve a los chicos a algún lado. Lo quería ver solo, un poco por la gripe, un poco por protegerlo al Toto, mejor que ni se entere prensaba. La más chica tenia 2 años y ni se mosqueba aún.
El tipo no lo podía creer. El país no lo podía creer. Los muchachos de Rafaela no lo podían creer. “Estas cosas nos pasan a nosotros solos “meditaba, mientras se movía la cabeza hacia ambos lados y con los dientes superiores se mordía el labio inferior. El momento mas duro fue cuando hicieron el tercero. Quedaban como 20 minutos y parecía que estaban para hacernos 5. El Barcelona de España un poroto. Se le arrugó la cara para llorar, pero se la bancó. Le lloró la cara pero adentro suyo ni llorar podía.
- Les salieron todas, pero todas de verdad- el Chino daba su análisis por teléfono- el muchacho ése que metió los tres como se llama?.
- Visconti -lo ayudó el tipo
- Ese, Visconti. ¿ de dónde salió? Dicen que hizo dos goles en todo el torneo y les viene a meter tres pepas a ustedes. Además estuvo acá en Aldosivi y hizo banco todo el año. De no creer che.
A la noche volvió el Toto.
- Y Papi?- se metió corriendo en la pieza y se tapaba la boca con la mano como usándola de barbijo.
- Mal Totito. Mal. Perdimos 3 a 0. Estamos jodidos de verdad ahora- el tipo se dio vuelta en la cama y le dio la espalda- Andá con Mamá a ver si encima te contagio.
Jamás el tipo volverá a entender tan claramente eso que dicen los Psicólogos, que usamos a los hijos para proyectar nuestros deseos y nuestras frustraciones( o algo así me explicaron pensaba). El tipo decía sufrir porque el Toto sufría. Ahora….¿el Toto realmente sufría por Gimnasia? ¿o sufría de verlo al padre?
- Mami pobre papá, está triste.- el pibe jugaba de padre en ésta.

Fueron cuatro días sin dormir. O casi. Los ratos que dormía el tipo soñaba todo tipo de partidos. De triunfales y heroicos a lapidarios y desastrosos. El viernes 10 terminó su aislamiento, pero entre el frío y es bajo sólo salió de su pieza. Ni asomó la nariz a la calle.
El sábado 11 parecía un gato encerrado, y se fue a lo del Chino a ver qué pensaba.
-La tienen difícil. Muy difícil pero no imposible.- filosofeaba el Chino.
- Descubriste la pólvora- el tipo estaba agresivo- ¿Por qué no te vas a cagar y te sentas arriba? Para decirme esa boludez ni me hables, pareces Scioli, que siempre habla y no dice nada- el infaltable chiste del tipo.
Esa noche se tomó como una botella de vino para ver si podía dormir. Solo lo logro las primeras horas.
Cuando se despertó recitó en voz alta: CASTAGNETO, LUQUEZ –BIANCULLI-INGRAO Y TEMPESTA. COPITO ANDRADA-KUZEMKA-CHARLY CARRIO- MOLINA- GABRIEL PIERINO PEDRAZZI Y EL BOCHA FLORES. Hacia 26 años, cuando tenía 13 ese equipo le ganaba a Racing 3/1 y 4 a 2 para nunca más volver. No vamos a volver pensó. Hoy ganamos, como sea.
Se bañó y comió sin hambre cree que por primera vez en su vida. Cuando se fue saludo la gordita y lo llamo al Toto:
- Voy a ver el partido, vos mejor quedate, anda a jugar a lo de Tobías, yo después te cuento. Solo una cosa Toto, si nos vamos a la “B” vamos a ser más hinchas que antes ¿sabés? A los amigos se los quiere más en las malas. Pasala bien, dame un abrazo- el Toto obedeció sin decir palabra, y lo abrazó.
Al salir su mujer le hizo prometer que no pelearía con nadie, pase lo que pase.
- Ya sé que no puedo pedir racionalidad alguna y menos en estas circunstancias. Pero sé lo más racional posible, tenes casi 40 y el corazón empieza a sufrir. Te prometo que si se van a la B me hago del Lobo-la placa hablaba difícil siempre, por naturaleza.
- Ojala seas de Racing toda tu vida- el tipo le dio un beso y salió.

Llegó como 40 minutos antes de empezar el partido y entró respetando la cábala. El Bar se llenó el rato. Estaba sereno por fuera, no habló ni le dio bola a nadie. Cuando empezó el partido se pidió el primer cortado y cuando quiso tomarlo se dio cuenta que le temblaban las manos. A medida que pasaba el tiempo y no le podía meter uno la cosa se ponía mas difícil y el cada ves más triste. Esa era la palabra, se inundaba de tristeza.
En el entretiempo se fue a caminar por Rivadavia pero ya era un autista. Cuando volvía, saludo un adolescente que ni sabía quién era (lo reconoció tres días después).
Se pidió el segundo cortado de la cábala al comenzar el Segundo Tiempo. Sólo recuerda el Primer gol de Alonso.” Mira el tornado, con lo que lo putearon. Yo lo defendí siempre- jamás puteo un jugador de su equipo- y vacunó a Boca y ahora abre el partido” pensó
“Uno mas rápido y se nos da. Vamos que están muertos”.
El tipo no hablaba, pensaba para adentro y ya temblaba tanto que se tuvo que cruzar de piernas y tenérselas.
Lo pierde solo Alonso. Uno del bar lo putea. Lo pierde Chirola. Lo echan al Pampa. 41 minutos. Pero el tipo tiembla y piensa en silencio que se puede. No se siente descendido. ¡ Gol!. Ni lo grita falta uno. Siendo ateo se lo pide a Dios.
Centro a la olla, adicionan 6. Vamos. Vamos que se puede. Tiralo Cuevitas, tiralo. Tiralo no enganches. Viene. ¡GOL!. Pero el tipo no lo grita. El bar es un caos, todos gritan pero el no. El tipo busca el referí. Le paso muchas veces de gritar y que después te lo anulen. No sabe como carajo se le viene a la mente un gol a river del peruano Cordero, un negro que jugaba de 8 en la cancha de huracán que Calabria invento un of side y lo anulo. Ahí esta el juez. Lo encontró y lo cobro. Ahora si ¡!!!!! GOL CARAJO GOL!!!!!!! . El tipo lo grita como nunca. ¿Cuanto falta? 4. 4 minutos. Terminalo juez. Terminalo ya hijo de puta- el tipo puteaba al referí sin razón- . Durante los 4 minutos no dejo de pedir a los gritos que los termine mientras el celular no paraba de recibir mensajes y llamado que no atendería ni loco hasta que termine el partido. Lo terminó. LOCURA. GRITO MUCHO. ¿Lloro? No, se aguantó. Pero temblaba. Mucho. Demasiado. “ estoy vivo?” pensó. De verdad, “estoy vivo?”

Pidió un pucho y se lo fumo depuse de 4 años sin fumar. Salió a la calle y se pasó un par de horas en el aire, recibiendo llamadas y contestando mensajes. Quería gritar a toda la gente que en ese domingo apacible paseaba tranquila que el era de Gimnasia. El tipo camino con el pecho inflado y se cruzó con algunos autos festejando.

Cuando volvió a su casa era ya de noche. El Toto acababa de acostarse y lo llamó a los gritos de la pieza
- Ganamos Toto. Dame un abrazo- el cuerpito caliente se acomodó entre la mole del tipo.
- Si Papi. Tres a cero. Gracias Pa. Zafamos. Gracias por hacerme del Lobo papi- el Toto sonrió y se le vio la ventanita que dejaba libre la ausencia de un diente frontal.

Entonces sí, por fin. El tipo lloró.


Ariel Hernán Oliveri. Mar del Plata.-

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